jueves, 31 de mayo de 2012

Sala de la revolución


Durante el primer año de la Revolución mexicana Díaz renunció a la presidencia y abandonó el país. Francisco I. Madero fue electo presidente, asumió su puesto en noviembre de 1911 e intentó conseguir inútilmente la concordia entre las diferentes facciones de los revolucionarios. Las revueltas sociales fueron protestadas por los embajadores acreditados en México con el fin de asegurar el bienestar de los residentes extranjeros. Especialmente el embajador Henry Lane Wilson exigió garantías para las inversiones estadounidenses. Él y su gobierno estaban a disgusto con Madero, pues éste había creado un impuesto a la exportación petrolera.
Bernardo Reyes y Félix Díaz (sobrino de Porfirio) organizaron un golpe de estado, el cual fue apoyado por el embajador estadounidense quién en el sótano de la embajada imprimió panfletos para conseguir adeptos a la rebelión que comenzó el 9 de febrero de 1913 y que fue conocida como la Decena trágica. Madero designó a Victoriano Huerta para enfrentar la rebelión, el embajador estadounidense incitó a Huerta a unirse a los porfiristas por medio de llamado Pacto de la Ciudadela. La traición de Huerta culminó con los asesinatos del presidente Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez. La voz popular para señalar la política intervencionista de los Estados Unidos, rebautizó el acuerdo como el Pacto de la embajada.


 Foto de José Doroteo Arango Arámbula "PANCHO VILLA"
 Foto de Emiliano Zapata.
Retrato de Venustiano Carranza

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